Sobre el conflicto en Palestina

El conflicto en Palestina no comienza en octubre de 2023. Comienza en 1919 cuando Inglaterra entregó a grupos sionistas el territorio de Palestina. En aquel momento solo un 7% de la población de Palestina era judía, en su mayor parte personas que hablaban árabe y se encontraban plenamente integrados en el entramado social y cultural de la zona.

Los cien años siguientes han estado plagados de expulsiones, matanzas y violencia. En ese marco hay que situar lo que se está viviendo en Gaza.

En noviembre de 1947 Naciones Unidas aprobó el plan de partición de Palestina por el cual asignaba el 54% del territorio al futuro Estado judío, con Jerusalén como enclave internacional. En aquel momento vivían en Palestina 1.300.000 personas palestinas y 600.000 judías. Ese mismo año, organizaciones armadas sionistas mataron o expulsaron a miles de personas palestinas de pueblos y ciudades como Deir Yassin, Jaffa, Haifa, o Jerusalen Oeste en los que vivían desde hacía miles de años.

En 1948 se produjo la declaración de independencia del Estado de Israel. Los grupos armados que había perpetrado las matanzas en 1947 se integraron en su ejército. Personalidades judías como Albert Einstein o la filósofa Hannah Arendt advirtieron y denunciaron los métodos terroristas y el carácter cercano al fascismo de estos grupos que ahora se llamaban ejército.

En 1948 en Palestina se produjo un proceso de limpieza étnica. Más de 700.000 personas palestinas fueron obligadas violentamente a abandonar sus casas. Ese éxodo forzado es conocido por los palestinos como la Nakba. Se fueron con las llaves en el bolsillo, pensando que podrían regresar cuando todo se calmara. Naciones Unidas en su resolución 194 decretó que debían volver. La resolución nunca fue cumplida.

Tras el terror de 1948, Israel pasó de controlar el 54% concedido por la ONU a hacerse con un 78% del territorio. Las viviendas palestinas fueron ocupadas por israelíes.

Parte de la población expulsada se instaló en campamentos en Gaza, primero en tiendas de campaña y luego en casas de cemento que fueron levantando. Las personas hoy asesinadas y expulsadas de Gaza son descendiente de las masacradas y desplazadas en 1948.

En 1967 se produjo otro desplazamiento forzado. Israel invadió y ocupó ilegalmente Cisjordania, Gaza y Jerusalén, provocando la huida de otras 250.000 personas palestinas. También ocupó los Altos del Golán sirios y el Sinaí egipcio. El pueblo palestino denominó a ese nuevo abuso Naksa. Naciones Unidas exigió a Israel su retirada de esos territorios a través de la resolución 242. La resolución nunca se cumplió.

Lo que se está presenciando en 2024 es una repetición de la Nakba de 1948 y de la Naksa de 1967, aunque esta vez a mayor escala y con armamento más sofisticado. Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional han exigido el cese del genocidio. Tampoco esta vez, sus resoluciones están siendo cumplidas. Israel está cometiendo otra violación impune del derecho internacional. La comunidad internacional que consiente es también responsable. Denominar, como han hecho por ejemplo Alemania, Francia o Estados Unidos, derecho a la defensa a esta masacre, muestra las vergüenzas de un mundo en el que la razón humanitaria está en quiebra.