La denuncia del genocidio, la defensa de los derechos humanos y del derecho internacional son más necesarios que nunca, pero desde el pasado 7 de octubre, el miedo que muchos gobiernos y organizaciones internacionales tienen a hablar de Gaza y a condenar la masacre que Israel está perpetrando es decepcionante.
Agrupaciones de personas judías de todo el mundo alertan sobre el uso de acusaciones falsas de antisemitismo para acallar la masacre en Gaza y evitar la presión a Israel. Es cierto que el antisemitismo existe y es un problema grave, pero denunciar como crímen de lesa humanidad lo que Israel está haciendo con el pueblo palestino no es antisemitismo. De hecho, cientos de miles de judíos en todo el mundo rechazan pública y activamente la perpetuación de un sistema de crímenes, ocupación ilegal y de apartheid. Por ejemplo, la organización estadounidense Voces Judías por la Paz, ante los ataques a la población gazatí, ha afirmado:
“El sionismo que se afianzó y se mantiene hoy es un movimiento colonial, que ha establecido un Estado de apartheid en el que asegurar los privilegios de la población israelí justifica arrebatar los derechos básicos del pueblo palestino. Nuestra propia historia nos enseña lo peligroso que esto puede ser”.
Voces Judías por la Paz
La actitud de la Unión Europea es muy preocupante. Hasta ahora, había intentado evitar un apoyo explícito, unilateral e incondicional a Israel, aunque se quedaban de brazos cruzados mientras Israel lo incumplía.
Después de estas semanas de masacre, con cientos de miles de confinadas y sometidas a incesantes bombardeos desde el aire, sometidas a la inanición a la sed y la privación de electricidad, la complicidad y el dejar hacer muestran una deriva aterradora. Europa está siendo cómplice con una política de exterminio y limpieza étnica, exhibida impúdicamente y ejecutada con una crueldad inusitada. La máscara de la respetabilidad está cayendo y la barbarie de la vieja Europa, la que precisamente masacró al pueblo judío, vuelve a salir a la luz. Nuestro propio gobierno nada y guarda la ropa. Condena pero sigue vendiendo armas.
Por eso es tan importante la emergencia de la solidaridad en este momento. Palestina es nuestro futuro. Su pueblo es el nuestro. Tenemos que luchar por ellos y ellas.
La opinión pública mundial se encuentra movilizada ante el genocidio. Las manifestaciones y organización de actos se multiplican en todo el mundo, incluso en lugares como Francia o Alemania, en los que mostrar apoyo a Palestina está perseguido. En las ultimas semanas se han multiplicado las acampadas y manifestaciones, muchas muy duramente reprimidas de jóvenes estudiantes de las universidades.
En España, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ha decidido romper las relaciones con las organizaciones israelíes que no rechacen de forma clara la violencia y el genocidio.
Es urgente multiplicar las manifestaciones públicas que exijan el alto el fuego y la ruptura de relaciones políticas, culturales y económicas con Israel mientras no cese la masacre.